Todas las mañanas de verano, no puedo evitar sentir por un segundo, eso que sentía años atrás cuando iba al colegio. Es levantarme y sentir una mezcla entre sueño y alegría de saber que me iba a encontrar con mis amigos, me iba a reír hasta las lágrimas, la iba a pasar bien con poco.
Ahora todo es muy distinto... ya no veo a mis amigos todos los días, ya no me río tanto en las mañanas y tampoco la paso tan bien... pero esa sensación sigue existiendo. Es un recuerdo... algo que todavía está fresco a pesar de los 6 años que ya pasaron desde la última vez que fui al colegio.
Inmediatamente después de sentir esa sensación, me agarra mucha nostalgia y pienso en como pasó el tiempo, en como desaproveché estos seis años en cosas triviales.
Hace seis años atrás veía un futuro totalmente distinto a mi presente. Tenía mas sueños, mas proyectos, mas ganas.
Y también pienso en ellos... en mis amigos, los que algunos hoy son mis mejores amigos y otros pasaron a ser "compañeros de la secundaria". Pienso en como cambiaron las cosas, como fortalecí con algunos esa amistad que teníamos a los 17 y como con otros la perdí.
Creo que a esto se le podría llamar nostalgia, pero no estoy segura de que sea la palabra mas correcta. Debería existir otra palabra para definir eso que siento -y creo que la mayoría de las personas sienten- cada vez que me levanto una mañana de verano y siento tan presente a mi época en el colegio. Está sensación no puede entrar en la misma bolsa en la que entran las nostalgias, porque no es eso... es otra cosa.
-x7-
2 comentarios:
Se llame como se llame...a mi muchas mañanas me pasa lo mismo..y es curioso que pase solo en verano..en invierno no me pasa.
y habra que pensar en los 6 años que vienen para que sean mas parecidos a los que soñamos de una buena vez ;)
definitivamente el sentimiento aparece mas cuando hace calor. cuando sale el sol con mas fuerza pidiendo que salgamos a ver como brilla.
me da esa sensación de ir caminando con la remera y el pantalón, un poco acalorada, por la callecita angosta cerca de donde vive fabri, con el pelo atado y la mochila gris, llegando a la mañana, tranquila pero con vagancia. al momento de entrar y ver las caras de los chicos de la fila, riéndose ya de algo, o de lo que paso la noche anterior en "aunque usted no lo viera". otros días yo era la que entraba con cara de cómplice porque me había comprado la cosmopolitan y era obvio que íbamos a leerla todo el día, sobre todo en la hora de sociología.
ahora mismo escribiendo esto, me dan escalofríos, vuelvo a tener esas sensaciones...
gracia por hacerme acordar de que hubo una época en que fui completamente feliz.
Publicar un comentario