Ya no quiero ser yo

Me he mirado en el espejo y no me he reconocido en el extraño que se ve tras el cristal. Si el pasado y el presente se reflejan y no mienten tengo que hacer algo por mi porvenir.
Ya no quiero ser yo
Ya no...
Mi paciencia tiene un límite y se acaba hoy. Hoy voy a matar esta vida gris. Quiero enloquecer...
Voy a ser el Rey de Roma o el Alcalde de Pamplona o el payaso que dispare sobre ti.
Entraré en otra persona o en los huevos de Mahoma. Da lo mismo, quiero estar fuera de mi.
No me aguanto ni yo.
Lo guapo que soy, tonto como idiota.
Voy a ser un rico triste o el psiquiatra de la Virgen cuando tuvo que contarle lo del niño a San José.
Hoy voy a matar esta vida gris. Quiero enloquecer...voy a olvidarme de todos y nunca volveré, que mañana es tarde y todo será igual...

3 cosas que en 23 años comprobé, aprendí y asumí

1- Tarde o temprano, todo vuelve.

2- Siempre hay una segunda oportunidad.

3- No importa quien o que seas, lo que tenga que pasarte te va a pasar, pero si sos buena persona, siempre la pasás peor que si sos una basura.
 
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Vacía

Hace mucho tiempo que me siento así, pero últimamente lo siento más. Siento que no tengo nada que me motive realmente, nada que ame hacer, nada que me llene. O tal vez, si lo tengo, pero no encuentro la forma de plasmarlo.
Muchas ideas, muchos planes, muchos proyectos... pero nada concreto. Nada seguro.
Y así se me pasan los días sientiéndome vacía.
Pierdo el tiempo en cosas en las que no debería perderlo, en cosas triviales, que no valen las pena. Pierdo el tiempo en cosas que no hacen que me llene, en cosas que no quitan que me sienta vacía.
Y cuando tengo muchas ganas de hacer algo que creo que puede llenarme y me propongo hacerlo, pasa algo que me lo impide. Es como una piedra en el camino que me recuerda que todo está perdido, que mi tiempo ya pasó. Y retrocedo mucho mas de lo ya había retrocedido antes.
Y vuelvo a perder las ganas.
Vuelvo a sentirme vacía.
Y estoy harta de sentirme vacía. Estoy harta de mirar a mi alrededor y ver como mi tiempo pasa sin hacer nada que me llene.
Siento que la vida todo el tiempo impide que me sienta llena. Siento que es la vida que quiere que me sienta así... vacía. Porque lo intenté y, a veces, lo intento, pero de alguna forma u otra, siempre vuelvo a sentirme vacía.



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A heart that's full up like a landfill. A job that slowly kills you. Bruises that won't heal. You look so tired and happy. Bring down the government . They don't. They don't speak for us. I'll take a quiet life. A handshake. Some carbon monoxide. No alarms and no surprises. Silent. This is my final fit. My final bellyache with. No alarms and no surprises. No alarms and no surprises please. Such a pretty house and such a pretty garden
No alarms and no surprises. No alarms and no surprises please.

De "si no puedo escribir de mi, voy a escribir de los otros" y la "empatía"

 Si no puedo escribir de mi, voy a escribir de los otros.

 A esa conclusión llegué hoy.
 Todo lo que escribo tiene que ver conmigo... con lo que siento, con lo que me pasa. Pero a veces no tengo nada para escribir, pero sí ganas de hacerlo, de decir algo.
 Y si no tengo nada para decir de mi y de lo que siento, voy a decir de lo que sienten los demás, pero no desde la burla o la opinión desde mi punto de vista, sino poniéndome en su lugar. Lo que llaman empatía.
 Empatía.
 Con todo esto me puse a pensar que conocí esa palabra en los lejanos '90 con Kurt Cobain. Cuando leí que él decía "paz, amor y empatía" busqué la palabra "empatía" en el diccionario porque nunca antes la había leído ni escuchado. Y puedo asegurar que no la leí ni la escuché muchas veces más. Creo que hasta podría contar con los dedos de mis manos esas veces. Qué triste que sea tan poco común la palabra empatía.
 ¿Será por eso que estamos como estamos?, ¿Que somos lo que somos y vivimos como vivimos?, ¿Será por lo poco común que es la empatía que el mundo es lo que es?
 Qué triste que otras palabras sean man conocidas / usadas / cotidianas / comunes que la palabra empatía. Y si de hablar de cosas sin importancia se trata, pero que vienen al caso, la palabra mas conocida y usada en el mundo entero es OK (y el segundo puesto se lo lleva Coca Cola).
 Yo creo que la empatía es la solución a todo. Si todos fuésemos un poco mas empáticos, el mundo sería otro... pero la empatía es poco conocida. Nadie te enseña ni lo que significa ni lo que es ni para que sirve.
 La empatía necesita mas difusión, pero en tiempos de Bailando por un sueño donde vende mas el quilombo que el sueño, y gobiernos patéticos que hacen creer que vale mas la transmición pública del fútbol que la vida de uno, ¿a quién le importa la empatía si a nadie le conviene? Es lindo que se pongan en el lugar de uno, pero cuesta ponerse en el lugar del otro, o no?
 Yo creo que la empatía es la clave, lástima que es poco conocida.


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Nota:
 Empatía: Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

Las puertas de la percepción

"Occidente sólo permite el uso sin trabas del alcohol y el tabaco. Las demás Puertas químicas en el Muro se califican de tóxicos y quienes las toman sin autorización son Viciosos.



"Gastamos actualmente en bebidas y tabaco más de lo que gastamos en educación. Esto, desde luego, no es sorprendente. El afán de escapar de sí mismo y del ambiente se halla en la mayoría de nosotros casi todo el tiempo. El deseo de hacer algo por los niños es fuerte únicamente en los padres y sólo durante los pocos años que sus hijos van a la escuela. Tampoco puede sorprender la actitud corriente frente al alcohol y el tabaco. A pesar del creciente ejército de los alcohólicos sin remedio, a pesar de los cientos de miles de personas muertas o incapacitadas cada año por conductores borrachos, los comediantes siguen haciéndonos reír con sus bromas acerca de los aficionados acerca de empinar el codo. Y a pesar de las pruebas que relacionan el cigarrillo con el cáncer de pulmón, prácticamente apenas hay personas que no consideren que el fumar es casi tan normal como el comer. Desde el punto de vista del racionalista utilitario esto puede parecer extraño. Para el historiador es exactamente lo que cabía esperar. La firme convicción de la realidad material del Infierno nunca impidió a los cristianos medievales hacer lo que su ambición, su lujuria o su codicia les reclamaba. El cáncer del pulmón, los accidentes del tránsito y los millones de alcohólicos miserables y transmisores de miseria son hechos todavía más ciertos de lo que era en tiempos de Dante el hecho del infierno. Pero todos ellos son hechos remotos e insustanciales al lado del hecho próximo y muy sentido del ansia, aquí, ahora, de un alivio, de un sedante, de un trago o un cigarrillo.


Nuestra edad es la edad, entre otras cosas del automóvil y de la población en impresionante aumento. El alcohol es incompatible con la seguridad en las carreteras y su producción, como la del tabaco, condena a virtual esterilidad a millones de hectáreas del suelo más fértil. Los problemas planteados por el alcohol y el tabaco no pueden ser resueltos, sobra decirlo, por la prohibición. El afán universal y permanente de autotrascendencia no puede ser abolido cerrando de golpe las más populares Puertas del Muro. La única acción razonables es abrir puertas Mejores, con la esperanza de que hombres y mujeres cambien sus viejas malas costumbres por hábitos nuevos y menos dañosos. Algunas de estas puertas mejores podrán ser de naturaleza social y tecnológica, otras religiosas o psicológicas, y otras más dietéticas, educativas o atléticas. Pero subsistirá indudablemente la necesidad de tomarse frecuentes vacaciones químicas del intolerable Sí-mismo y del repulsivo ambiente. Lo que hace falta es una nueva droga que alivie y consuele a nuestra doliente especie sin hacer a la larga más daño del bien que hace a la corta. Una droga así tiene que ser poderosa en muy pequeñas dosis y sintetizable. Si no posee estas cualidades, su producción, como la del vino, la cerveza, los licores y el tabaco, dificultará el cultivo de los alimentos y fibras indispensables. Debe ser menos tóxica que el opio o la cocaína, tener menos probabilidades que el alcohol o los barbitúricos de producir consecuencias sociales desagradables y hacer menos daño al corazón y los pulmones que los alquitranes y la nicotina del tabaco. Y en el lado positivo, debe producir cambios en la conciencia que sean más interesantes e intrínsecamente valiosos que el mero alivio o la mera ensoñación, que ilusiones de omnipotencia o escapes a la inhibición."
 
- Aldous Huxley, "Las puertas de la percepción", 1954 -

Reflexiones acerca de la mañana siguiente

  Una de las peores sensaciones es la que se siente al despertar luego de la noche anterior en la que tu pareja te dejó. Esa sensación de angustia, de dolor, de no sé... es sensación a la misma NADA, sensación a "nunca más".    
  Abrís los ojos y después de pensar en la noche anterior, inmediatamente se te viene a la cabeza el "nunca más": nunca más sus besos, nunca más sus caricias, nunca más sus abrazos, nunca más sus palabras, nunca más nada con esa persona. Nunca más nada con esa persona a la que hablás todos los días, a la que ves casi o todos los días... nunca más nada con la persona con la que compartís
prácticamente tu vida entera. Y aunque pareza un trabalenguas mental en tu cabeza, pensás: nunca más nada con la persona con la que hacés cosas que con ninguna otra persona en el mundo hacés.
  De repente, esa persona, no está mas. Te vas a levantar y vas a saber y sentir que te falta algo. Vas a sentir vacío. ¿Y cómo no sentirlo? Si hasta ayer tenías todo y hoy sentís que no tenés nada. ¿Cómo no sentir la nada si lo primero en lo que pensaste al despertar, es todo lo que ya no tenés y nunca más vas a tener?
 Porque cuando una pareja rompe, no sólo hay que cargar con la ruptura, sino también con todo lo que la ruputura trae consigo. No cargás sólo con el dolor de no verla más. Cargás con tus recuerdos, con tu memoria, con el tiempo que ahora te queda libre, con las cartas, con la música, con lugares, con situaciones y con todo lo que de alguna manera, por mas pequeño y tonto que parezca, te recuerda a esa persona.
  Y no puedo decir cuanto tiempo es el que dura esta sensación, este vacío... pero sé
que algún día termina. Sé que un día se abren los ojos y el vacío ya no está. Tal vez, en algún momento del día, escuches una canción, pases por algún lugar o simplemente se cruze por tu cabeza el recuerdo de esa persona, porque ella o el puede quedarse para toda la vida en algún rincón de tu cuerpo, de tu corazón o de tu alma, pero su recuerdo ya no va a causar ni dolor, ni vacío, ni nunca más.

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