"Si tu pálido rostro que acostumbra a enrojecer ligeramente bajo los efectos del vino o la alegría, arde de cuando en cuando de vergüenza al leer lo que aquí está escrito; cual bajo el resplandor de un alto heno, entonces, tanto mejor para ti. El mayor de los vicios es la ligereza; todo lo que llega hasta la conciencia es justo."

miércoles, 18 de febrero de 2009

29 de enero de 2009


  Todo lo que alguna vez había soñado y pensaba que tenía entre las manos, se me escapó como agua que corre entre los dedos.
  El destino y la vida no me jugaron una buena pasada.
  Hoy me es mas fácil dar por vencida que seguir luchando en vano.
  Mis ojos están cansados de llorar y pasar noches enteras sin cerrarse tratando de buscar una solución a todo esto.
  Me pregunto cuándo fue que perdí mis sueños, cuándo fue que me dejé ganar por las presiones diarias y el hastío cotidiano, cuándo fue que mis ideales que creía eternos se volvieron débiles, cuándo fue que endurecí mi corazón para no dejar entrar mas amor del que me hace daño, cuándo fue que mi cabeza se enteró de que las cosas no son fáciles, cuándo fue que resigné mi felicidad.
  Ya no creo en la justicia ni en promesas.
  No creo en segundas oportunidades ni en recompensas.
  Ya no soy la nena que veía todo color de rosa y podía sentir un futuro mucho mejor.
  Hoy sólo veo que la vida no es como imaginaba, que los sueños que uno planta no siempre crecen y que el destino de uno está marcado para siempre y es difícil de cambiar.
Ya no espero que todo vuelva ni espero otra verdad.

-x7-

1 comentario:

Sebastian Beringheli dijo...

En principio muchas gracias por la visita y por el cumplido..

No se cuándo ni porqué perdiste tus sueños; pero de algún modo ser consciente de esa ausencia es una manera de rebelarse.. Quizás te esperan otros sueños, acaso menos fantásticos, pero no por ello menos necesarios.

Un saludo.